Reconstruir
Mi estancia en Alcobendas duro relativamente poco, conseguí trabajo en una zapatería de Majadahonda y me costaba bastante volverme a adaptar al transporte publico ya que tenia que coger un bus, metro y cercanías para llegar al trabajo. Así que mi amiga y yo optamos por cambiarnos de piso.
Estuvimos visitando bastantes hasta que vimos que una casa del Plantio se alquilaban varias habitaciones grandes, a si que nos lanzamos a la aventura, vivir en un chalet, dentro de un residencial y en esa zona era bastante tentador, el problema para mi era convivir con tanta gente, éramos 9 en total, cada uno de una manera distinta, y organizarse de esa manera era bastante duro d sobrellevar, estaba acostumbrada durante 3 años a vivir completamente sola, a demás vivir con un amiga tampoco ayudaba.
Al principio todo era genial, conocí a muchísima gente nueva la cual me acogió como una mas y cierto es que ese tipo de actos no los olvido jamás, pero mi destino estaba puesto en otra cosa.
Raro era el fin de semana que no tuviéramos visitas o fiestas montadas por nosotras o por algún compañero de piso, todos éramos jóvenes y nos gustaba el cachondeo, no fue en una de las fiestas que monto el anfitrión que me di cuenta del palo del que iban, sinceramente me di cuenta en cuanto lo vi, pero no dije nada, el precio era asequible, la cercanía con el trabajo era buena, así que me calle, pero cuando empecé a ver el ir y venir de bandejas de todo tipo de drogas en ellas supe que no acabaría bien.
En esa casa estuve como unos dos años. No digo que estuviese mal, pero si venia de un mundo como ese y quería cambiarlo tenia que hacer algo para no volver a caer. Otra vez no lo soportaría.
Al año y medio mi amiga se marcho al pueblo a vivir con su pareja, un director de banco que la saco de trabajar, como se diría en mi pueblo, y yo me alegre.
Desde que ella se marcho cambie de trabajo, me llamaron de una cadena de ropa bastante importante y no quería perder la oportunidad de conocer y abrir mundos, pero sentía que en esa casa algo no iba a salir bien.
Al poco tiempo recibí una llamada la cual no me esperaba tan temprano, me llamaban del ayuntamiento de Madrid para el reclutamiento de nuevas auxiliares de ayuda a domicilio y me citaban para realizar un curso previo para poder entrar en la bolsa de empleados.
A menos de 15 días me llamaron para realizar una sustitución, jamás me había alegrado mas de que me llamaran de un trabajo, debía ser por que para ello estudie y ahora me estaban dando la oportunidad de poner en practica mis dotes.
Tenia una relación bastante buena con mi compañera de piso, una chica que creaba unos bolsos estupendos, los cuales vendía en mercadillos y por internet. Ella me adentro en el mundo de la meditación, de encontrarte bien contigo misma, acudíamos a clases de pilates y realizábamos talleres espirituales en casa para entenderme a mi misma. Actualmente aun la echo de menos, pero se que en su Galicia natal ella esta bien.
Ya llevaba tiempo sospechando que algo pasaba en esa casa, hasta que supe que pasaba, aquel olor que salía del sótano era tan fuerte que no dude en bajar y ver que estaba pasando. No podía creer lo que estaban viendo mis ojos, fue el mayor invernadero de marihuana que he visto jamás, cerré la puerta de golpe y comencé a buscar piso como una loca, tenia que salir de allí rápidamente.
Por fin entendía las facturas de luz tan descomunales que nos había subido el precio a todos, quería mantener su negocio a costa del dinero de todos los que allí vivíamos. Menudo sinvergüenza.
Al comunicarle todo esto al administrador del piso el cual era su hermano, no podía dar crédito, ni el, ni yo al tener que escuchar que debía irme del piso lo mas rápido que pudiera, vamos que me estaban echando, como mi amenaza les llego al alma, tiraron todas las plantas y las quemaron por miedo a que realmente llamara a la policía, de ahí que me invitaran a irme, en un principio no querían devolverme la fianza de 500€ pero cuando vieron que no daría ni un paso atrás me la dieron integra, la cual me vino bien para pagar la del nuevo piso.
Encontré piso en el centro de Madrid, la comunicación con el trabajo no era del todo mala, siempre buscaba piso donde no tendría problemas a la hora de coger trasporte así que elegí por la zona hasta donde la comunicación no era tan mala, ya que buscar en Majadahonda era imposible por los precios tan elevados que tenia y la mala comunicación al centro comercial.
Empecé mi nueva experiencia en Avenida de América, sola, otro gran paso para poder avanzar en mi curación interior, me sentía muy a gusto la verdad, tenia un compañero que no se metía en nada de lo que hacia y una compañera a la que prácticamente no veía, al estar en el turno de tarde hacia que no coincidiéramos mucho y eso en parte era bastante bueno, la casa era grandecita, muy cómoda y acogedora, mi habitación era enorme y eso me encantaba, sentí que había encontrado mi lugar, vivía cerca de mi tía menor, por lo que muchos días los pasábamos juntas, ella fue quien me ayudo en mi traslado dejándome quedar en su casa hasta que encontré el piso que necesitaba.
Continúe con los dos trabajos hasta que no me renovaron en la cadena de ropa, lo cual agradecí ya que levantarme a las 6 am y llegar a casa las 12pm no se por cuanto tiempo mas podría soportarlo.
Por ese entonces estaba realizando otro contrato de sustitución y cada vez ansiaba mas poder conseguir el mío, de ahí que a todo dijera que si, por que eso es lo que me habían enseñado, a trabajar par vivir y no al revés. Me costo mi salud, ya entenderéis el por que.
La relación con mi madre por aquel entonces era la mejor que recuerdo en muchos años, yo solo le contaba lo que debía saber y ella era feliz por eso.
Venia a visitarme todos los años, pero en ese piso especialmente se quedo como una semana, asombroso para mi, la verdad sea dicha y eso me gustaba, por aquel entonces yo estaba conociendo a un chico, y a modo general parecía que todo se encauzaba, buena relación con mi madre, estabilidad laboral por el momento, comenzaba a abrirme a las relaciones.
Hasta que un día lo vie en a latina con otra chica e hizo como si no me conociese de nada. Me cogí la cogorza mas grande jamás contada, y hasta ahí puedo leer solo recuerdo que me desperté en la habitación de un hotel con un tío al que jamás recuerdo haber conocido, recogí mis cosas, me vestí y me fui a casa a llorar todo el día.
Volví a dejar de creer, y empecé a centrarme en mi misma.