Raquel contra "Goliat"
¡Uf! Por donde empezar después de haber sentido la mayor impotencia de mi vida.
Me operaron en Marzo de 2016, y ya me afirmaron que no podría volver a trabajar de auxiliar de enfermería por el tipo de anclaje que me habían realizado, como bien dije en uno de mis post en Instagram (aquí) podría sufrir el riesgo de que dicha prótesis se partiera o e desplazara ya que era corta para no hacerme perder movilidad ya que por aquel entonces tenia 30 años y una vida por delante.
La mutua me proporciono todo tipo de informes médicos y fue ella la que me propuso para la concesión de una IPT (incapacidad permanente total para mi puesto de trabajo), tuve que citarme con el centro base de la seguridad social de Madrid para que me realizaran un "diagnostico" en el cual a penas te tocan y te hinchan a preguntas absurdas. La respuesta de la doctora fue que haciendo ejercicios en una silla recuperaría toda la fuerza perdida y que con mi edad la recuperación seria total. Yo no cabía en mi asombro.
Yo mientras tanto seguía con mis revisiones cada 3 meses, iba a clase y seguía con mi vida de la mejor manera posible, seguía sintiendo que permanecer mucho tiempo sentada me causaba dolor y aturdimiento, si pasaba mucho tiempo de pie me pasaba lo mismo, pero por otro lado entendí que quizá seria un proceso de adaptación ya que hacia menos de un año que me habían operado.
Recibí el resultado de la "revisión" tres meses después, me concedían un 10% de discapacidad, primer obstáculo.
Al año y medio de mi baja, cause baja en la misma lo cual tenia dos opciones o seguir de baja por la seguridad social o reincorporarme a trabajar, esto segundo obviamente era inviable puesto que mis médicos no dieron el visto bueno, llame a mi abogada para que empezara con los tramites, tres meses antes tuve que pasar tribunal medico en Madrid, y lo que me dijeron fue que tenia que reincorporarme a trabajar, que no consideraban que tuviese ningún tipo de limitación para la realización del puesto, segundo obstáculo.
Recurrimos la sentencia del tribunal y decidí ir con todo, me habían pagado uno 32.000€ a modo de compensación por el daño sufrido pero consideraron que mi incapacidad era parcial y no total tal y como solicitaron y propusieron mis médicos, os podéis imaginar la angustia y la impotencia que sentí al ver a personas con mi misma situación la cual si recibieron la incapacidad total desempeñando puestos de oficina (no quiero decir con esto que no se lo merezca, ojo) pero mi trabajo era totalmente mecánico, en mi empresa no se disponían de grúas elevadoras ni teníamos la posibilidad de trabajar con ninguna compañera en los servicios que teníamos que realizar, con lo que no me quedo mas remedio que negociar mi despido.
Fue mi abogada la que se ocupo de redactar mi despido, mientras por protocolo de la empresa tenia que pasar una especie de valoración medica la cual me hizo bastante gracia, en mi reincorporación no podría coger mas de 5 kilos, pero con el tiempo podrían darme muchas mas funciones que conllevaran la carga de mas peso, obviamente mi empresa se vio en la obligación de aceptar el despido que realizo mi abogada con una buena buena compensación puesto que no tenían ningún puesto que fuese para mi ante mi nueva condición, por lo que deje de trabajar en esa empresa.
No se si en ese momento me dolió mas la indiferencia de mi empresa que lo que pudiesen haberme dicho del tribunal medico, antes del accidente me tenían en consideración siempre y pasados un par de años me animaron para prepararme internamente para coordinadora de zona, mejora que nunca llego, pero tampoco las llamadas de mis coordinadoras las cuales me animaron a ello. La decepción que sentí, el pensar que no vales para nada volvió a mi mente y volví a hundirme, tenia tal tensión en e cuerpo que explotaba por todo y con todos.
Ante la situación que se me venia mi abogada me recomendó tener una valoración de un perito medico privado, como segunda opción fuera del sistema, tres folios de informe me costaron 600€, en el precio estaba incluida la presencia del medico para testificar sobre mi estado de salud en la vista que se alargo durante un año.
Llego el día del juicio, recuerdo que en noche no dormí absolutamente nada iba muy nerviosa, en la sala estaba la representante de mi empresa, la representación de la seguridad social, representante de la mutua, el medico perito, el juez, mi abogada y yo. No cabía en mi asombro el escuchar a la representante de la SS, la cual solo se ceñía que el puesto de auxiliar de ayuda a domicilio tenia muchas competencias, las cuales podían darme servicio de acompañamiento al paciente, dar paseos y pequeños quehaceres, mi abogada como respuesta dijo que si en uno de eso paseos de acompañamiento se caía la persona que yo con mi operación que debería de hacer ya que no podía coger peso, "¿dejamos que la persona mayor se caiga?", a lo que contesto que no se debería de llevar las cosas a tal extremo, el perito medico expuso como profesional sanitario e imparcial mi caso y cuales eran las consecuencias que mi cuerpo podría tener si seguía desempeñando ciertos trabajos, uno de ellos, el mas grave y el mas a tener en cuanta era la estabilidad del anclaje que como no se cuidara podría partirse debido a su corto alcance. La representante de la mutua, solo se ceñía a que ellos (los médicos) dieron por conforme proponerme para la IPT pero que al ser una mutua colaboradora como que no pintaba nada. Todo lo allí expuesto a nadie pareció importarle. Ni al juez allí presente, el ya lo tenia todo muy claro.
La sentencia fue clara, no seme reconocía la IPT. Debía trabajar, por que era joven, sin hijos y tenia que cotizar.
Tres años de pleitos recorriéndome todas las salas de los juzgaros, TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA Y TRIBUNAL SUPREMO. Agote todas las vías, mas de 8000€ gastados para que todo quedara en que siendo joven podía trabajar.
Mi conclusión fue que no le importamos a nadie, que somos simples ingresos al estado y que para pagar todo lo que ellos se gastan hacen autenticas barbaridades, no conmigo, si no con todos. Luchar una incapacidad es lo mas agotador que hay, tanto física, económica y mentalmente, pero tenia que intentarlo, me enseñaron a luchar, sabia que lo tenia complicado, pero fui alargando el proceso hasta por lo menos acabar mis estudios, estando en tramites de conseguir la incapacidad seguirían pagándomelos, de lo contrario hubiese tenido que abandonar el centro y quedarme con una mano delante y la otra detrás, esto es a lo que te obligan a ser igual de ladrones que ellos y no me arrepiento de nada en absoluto lo volvería a hacer una y mil veces mas. acabe mis estudios me matricule y conseguí un trabajo en el cual llevo 4 años.
Es la primera vez que hablo abiertamente sobre este tema, nunca antes me hubiese atrevido, pero necesito contarlo para terminar de dejar mi mente tranquila.
Afortunadamente yo no estoy "tan mal" me puedo valer por mi misma y apenas necesito de ayuda para desempeñar cualquier cosa que haga pero hay muchísima gente que tiene muchos peores síntomas que yo, personas que viven con unos dolores insoportables, secuelas inimaginables de operaciones mal practicadas, y no hacen nada por ellos, no hay dinero para ellos, yo no conseguí mi incapacitada a día de hoy tampoco la quiero, solo pido que ojala, el dinero que tendría que haberme dado a mi, se lo hallan dado a una persona que lo necesite de verdad.